miércoles, 19 de septiembre de 2012

CJAMANGO EL VENGADOR


Cjamango el vengador( Chiedi perdono a Dio…non a me)
 1968
Italia
Director: Vincenzo Musolino 
Reparto: George Ardisson, Anthonny Gidra , Cristina Iosani, Ignazio Spalla, Gaetano Cimarosa, Pietro Martellanza, Luigi Pavese, Lilli Lembo, Jean Louis

Guión: Vincenzo Musolino 
Musica: Felice di Stefano

Fotografía: Mario Mancini 

Producción italiana de 1968 más conocida por su título original “Chiedi perdono a Dio…non a me” debida a dos pequeñas compañía, CIO e Intercontinental Production, rodada a caballo entre Almería (los exteriores) e Italia y dirigida, bajo su seudónimo habitual de Glenn Vincent Davis, por el calabrés Vicenzo Musolino, un hombre de cine prematuramente desaparecido (1930-1969) que comenzó como actor para, posteriormente, especializarse en labores de escritor y guionista, y terminar por dirigir sus dos últimos filmes dentro de este subgénero, la película que nos ocupa y al año siguiente, la para mí desconocida, “Quintana”.
Durante dos años formó un prolífico tándem centrado en el euro western con Edoardo Mulargia en el que ejerció como guionista y productor, mientras el segundo, aparte de coescribir el guión de algunas, se encargó de la dirección, dando lugar a cuatro spaghettis, “Vete con Dios, gringo” de 1966, y en 1967 “¿Por qué seguir matando?”, “Cjamango” (ambas con sus correspondientes comentarios en este blog) y “Non aspettare Django, spara”. Precisamente la ruptura profesional entre ambos tuvo lugar a raíz de las profundas desavenencias que surgieron en relación con “Cjamango el vengador”; película que, por otra parte, puede entenderse como un compendio de dos de los anteriores westerns producidos por Vicenzo Musolino (“Non aspettare django, spara” no la he visto por lo que no puedo opinar sobre ella) puesto que retoma de “Cjamango” al personaje principal, mientras que de “¿Por qué seguir matando?” hace lo propio con la base argumental; sobre todo en relación con la antigua rivalidad y enemistad existente entre los McDonald y los Stuart,  familias pertenecientes a clases sociales muy diferentes, y representada fundamentalmente en los jefes de ambos clanes, protagonistas de un enfrentamiento en el pasado que postró en una silla de ruedas a uno de ellos. Con lo que se puede hablar de una especie de díptico en el que Mussolino se centra en sentimientos como el odio o la venganza y las funestas consecuencias derivados de los mismos.
SINOPSIS: Mientras Cjamango visita el pueblo más próximo a su rancho los miembros de su familia, los McDonald, son brutalmente asesinados por los hermanos Smart y sus secuaces que habían sido contratados por el jefe del clan rival, los Stuart. A partir de ese momento Cjamango, con la ayuda de un poco convencional cazador de recompensas llamado Barrica, no cejará hasta acabar con todos ellos.

Estamos, por tanto, ante otro spaghetti que, como señalé en un párrafo anterior, aborda los sempiternos temas del odio y la venganza, pero en esta ocasión, y de forma aún más evidente que en sus anteriores spaghettis, su director y guionista trata de articular un discurso que muestre la inutilidad de ambos sentimientos, puesto que el protagonista se ve envuelto en un círculo prácticamente sin fin que sólo genera más muertes. Así, si en un primer momento a Dick Smart, cabecilla de los asesinos de la familia de Cjamango, le mueve el dinero, a partir del asesinato por parte de Cjamango de su hermano Jack, su motivación principal será, como la del protagonista, la de vengar su muerte, por lo que se produce una clara aproximación moral entre ambos personajes que reaccionan de igual forma ante hechos semejantes, sembrando la destrucción y , por ende, más sufrimiento, incluso en personajes inocentes como el de Conchita, la mujer de uno de los hombres de Dick que participó en el asesinato de los McDonald.
Este tono de parábola sobre las consecuencias de la venganza, que tan sólo genera más muertes y mayor odio, queda claramente expuesto tanto en el inicio del filme en el que, mientras vemos los títulos de crédito, podemos escuchar una voz en off decir: “Un día una tempestad me devastó y me arrebató la vida. La muerte comenzó a cabalgar su caballo loco y a sembrar muerte y destrucción. Parecía que las llamas del infierno hubiesen incluso ascendido a la tierra para quemar absolutamente todo”; como en el final, ya que, al igual que le ocurría al sheriff Kane en el clásico “Solo ante el peligro” (Fred Zinnemann, 1952), el protagonista asqueado, en esta ocasión, por tantas muertes arroja su colt al suelo y se marcha en un carro de caballos con su novia para emprender una vida alejada del odio y de la destrucción.
Incluso, por lo que he leído, existe una versión más larga de la que he visto que refuerza el posicionamiento moral del directo-guionista-productor respecto a la violencia y la venganza al comenzar en un cementerio en el que un anciano Cjamango, a modo ejemplarizante, relata su vida a un joven llamado Manuel que pretende vengar a sus padres. Este inicio, curiosamente, entroncaría con “Diez horcas para un pistolero” rodada un año antes por Luigi Capuano, en el que un joven mejicano, llamado Manuel, vengaba el asesinato de sus padres acaecido cuando era un niño. Curiosamente, además, el spaghetti que nos ocupa retomaría también la historia de amor a lo Romeo y Julieta desarrollada en el filme de Capuano, al presentarnos al protagonista y a su ex novia obligados a permanecer separados debido al odio que se profesan sus respectivas familias.
Spaghetti, por tanto, con un fondo muy interesante pero que desgraciadamente Musolino no sabe desarrollar, quizás en parte por el reducido presupuesto que le obliga a rodar en escasas localizaciones, y termina por tratarlo de forma banal y sin profundizar. Además a lo largo de la película se aprecia una clara falta de ideas, por lo que se recurre durante gran parte del metraje a los típicos clichés del spaghetti y a las situaciones mil veces vistas: la partida de póker preludio de un duelo, la paliza al antihéroe, las interminables cabalgadas, a lo Demofilo Fidani, de un lado para otro sin que sepamos muy bien hacia dónde se dirigen los caballistas, etc; y a todo ello hay que añadir las múltiples referencias a otras películas como, además de las dos anteriormente citadas producidas por Musolino o a la dirigida por Capuano mencionada en el párrafo anterior, a las ya reseñadas en este blog “Django” y su precuela oficial “El clan de los ahorcados” no sólo en el nombre del protagonista que remite claramente al personaje creado por Corbucci sino sobre todo en el espectacular final en el que una ametralladora cobra vital importancia, ”La muerte tenía un precio” puesto que nos encontramos con una pareja protagonista que pretende acabar con unos bandoleros por motivos diferentes, la venganza en el caso de Cjamango y el cobro de las recompensas que ofrecen por ellos en el caso de Barrica, o “Johnny Yuma” en la construcción del personaje de Barrica, un oportunista que se aprovecha del odio de Cjamango para cobrar la recompensa de los bandidos, que presenta claras semejanzas con el personaje de Fidel.
Por otra parte, la película cuenta con un ritmo desigual, con un inicio muy interesante y un primer tercio vibrante estructurado de forma casi episódica en la que Cjamango, como ocurre en “Joko invoca a Dios… y muere" (película dirigida ese mismo año por Antonio Margheritti y también comentada), va encontrando a los diferentes miembros de la banda y acabando con ellos, para sufrir un estancamiento en la parte central y remontar con el gran final. Mientras que en su haber debe anotarse la cuidada puesta en escena en gran parte del metraje, con bellos planos, acertados movimientos de cámara y correcta utilización de la grúa, y una aseada banda sonora compuesta por Felice de Steffano, músico habitual en los westerns de Musolino, variada y ajustada a los hechos narrados, en la que destaca un tema épico bastante resultón, otro en el que predomina la trompeta con un fuerte carga de tristeza y uno de corte cómico que se asocia con Barrica.
Por lo que respecta a los actores, para dar vida a Cjamango se escogió al para mí limitadísimo George Ardisson , actor bastante inexpresivo e incapaz de mostrar los sentimientos de su personaje .
Como su principal antagonista, Dick Smart, nos encontramos con el serbio Anthonny Gidra que vuelve a demostrar su solidez como actor (no en vano gozó de un gran prestigio en su país como demuestra el hecho de que esté enterrado en el callejón de ciudadanos celebres del cementerio nuevo de Belgrado). Junto a ellos un gran Ignazio Spalla, bajo el seudónimo de Pedro Sánchez, da vida a Barrica, un curioso cazador de recompensas que sirve como contrapunto cómico en una historia caracterizada por su tono amargo y que no suele utilizar las armas, ya que para él: “No basta con ser bueno con la pistola. Usar el cerebro es lo más importante”. En colaboraciones especiales aparecen Pietro Martellanza, alias Peter Martell, en una de las mejores interpretaciones que le he visto como Jack, el alcoholizado y torturado hermano de Dick eternamente perseguido por cazadores de recompensas, un personaje muy interesante pero escasamente desarrollado que parece anunciar al interpretado por Robert Woods en “El Puro se sienta, espera y dispara” (película, ya comentada, dirigida en 1969 por Eduardo Mulargia) o al protagonista de la magnífica “La noche de la serpiente” que, dirigida por Giulio Petroni en 1969, también cuenta con su oportuna reseña; y Tano Cimarosa que, como uno de los bandidos de Dick, protagoniza una de las escenas más violentas y conseguidas del filme en la que el protagonista recita la frase que da titulo a la película. Mientras que el principal papel femenino recayó en Cristina Iosani, a la que ya había visto en spaghettis de bajo presupuesto como las reseñadas “Mi nombre es Pecos” (1967), “El último maldito” (1967), “Un par de asesinos” (1970) y “La bestia” (1970).
Como curiosidades comentaros que el personaje interpretado por Anthony Gidra se llama igual que el protagonista de un pseudobond dirigido el año anterior por Franco Prosperi al que dio vida Richard Wyler, y que como ayudante de dirección aparece Aldo Lado, cineasta que dirigió a principios de los setenta dos interesantísimos giallos: la desoladora “La corta noche de las muñecas de cristal” (1971) y la sobrecogedora “¿Quién la ha visto morir?” (1972)
En definitiva, creo que estamos ante una buena idea malograda por la falta de presupuesto para llevarla a cabo y por un guión superficial y cargado de tópicos. No obstante, creo que contiene suficientes elementos, entre ellos una fuerte carga de violencia y un final espectacular, para no defraudar a los aficionados al género.

PUNTUACIÓN:

HISTORIA: 5
AMBIENTACIÓN: 5
DIRECCIÓN: 6
ACTORES: 6
MÚSICA: 6
MEDIA: 5,6   

4 comentarios:

Rudy dijo...

El actor principal,George Ardisson????pero no es Ivan Rassimov-Sean Tood ???Por cierto la peli una mala copia de la inalcanzable por un puñado de dolares,saludos Rudy.

Julio_Alberto dijo...

Ya está el nombre corregido.
Gracías por avisar.

ECHOES dijo...

La peli que se comenta aquí es "Cjamango El Vengador", protagonizada por George Ardisson. Ivan Rassimov protagonizó "Cjamango" que es la que se parece a "Por Un Puñado De Dólares".

Julio_Alberto dijo...

Arreglado.
Gracias por avisar.