jueves, 7 de abril de 2011

FUERA DE LA LEY



Fuera de la ley
1964
España
Director: Leon Klimovsky
Reparto: George Martin, Jack Taylor, Juny Brunell,  Tómas Blanco, Luis Induni, Esther Grant, Aldo Sambrell, Alberto Dalbés, Tota Alba, Simón Arriaga, José Canalejas, Margot Cottens, Claudio Denis, Gaspar 'Indio' González, Henri Macedo, Enrique Nuñez, Lorenzo Robledo, José Luis Zalde.
Guión: Angel del Castillo, S.G. Monner, Bob Sirens
Fotografía: Manuel Hernández Sanjuán
Música: Daniel White 

Película producida por una pequeña compañía española (Carthago Cooperativa cinematográfica) en 1964 (algunas fuentes la datan en 1963) dirigida por Leon Klimovsky, un odontólogo argentino apasionado por el cine que, tras haber rodado varios filmes en su país, emigró a España en donde desarrollo una fructífera carrera más caracterizada por la variedad y cantidad de largometrajes filmados (más de sesenta en veinticuatro años) que por su calidad. Así rodará, de forma incansable, dramas (“La paz empieza nunca” de 1960), comedias (“Torrejón City” también de 1960), musicales (“Escala en Tenerife” de 1962 a mayor gloria del Dúo Dinámico), bélicas (“Junio 44: desembarcaremos en Normandía” de 1968 o “No importa morir” rodada al año siguiente, ambas en régimen de coproducción y deudoras de “Doce del patíbulo”) o westerns (“Un hombre vino a matar” de 1967, “Reverendo Colt” y “Un dólar para Sartana” ambas de 1971), destacando especialmente en el género de fantaterrror y de suspense durante la década de los setenta gracias, sobre todo, a su colaboración con Paul Naschy (”La noche de Walpurgis” cuarta película sobre Waldemar Daninsky, “La rebelión de las muertas”, el giallo “Una libélula para cada muerto”, “El mariscal del infierno” sobre un personaje muy querido por Paul Naschy que ya había aparecido en “El espanto surge de la tumba”, “La saga de los Drácula” o “La orgía nocturna de los vampiros”, estas dos últimas sin Naschy).


Billy Carter vive junto a sus padres criando ganado en un rancho de la localidad de Colver, pero pronto sus intereses chocarán con los de los ganaderos, partidarios de los espacios libres, comandados por Price. En el asalto a su rancho por los hombres de Price, mientras él estaba fuera, su padre es asesinado y Billy jurará vengarse de quien le mató e incendió el rancho.


Típico western preleoniano que utiliza un personaje real bien conocido por los aficionados al género, aunque el rigor histórico sobre su vida sea nulo, para favorecer la comercialización del largometraje. En este caso se escogió a la figura de William Bonney, alias Billy el Niño (la película en inglés se llamó precisamente Billy the Kid), un joven pistolero que se vio envuelto en la famosa guerra del Condado de Lincoln al ser asesinado su protector, John Tunstall, terminó siendo tiroteado por un antiguo amigo, el sheriff Pat Garret y cuya vida se ha llevado, con mayor o menor fortuna y rigor, al cine en numerosas ocasiones: “Billy el niño” (1941) de David Miller con Robert Taylor, “El Zurdo” (1958) de Arthur Penn con Paul Newman, “Chisum” (1970) centrada en la guerra del Condado de Lincoln con John Wayne como Chisum, “Pat Garret y Billy the Kid” (1973) de Sam Pekinpah con Kris Kristofferson, “Arma joven” (1988) e, incluso, dentro de los spaghettis “El hombre que mató a Billy el Niño” de Julio Buchs con Peter Lee Lawrence.


Nos encontramos ante otro western mediterráneo que reproduce miméticamente los temas y argumentos de los westerns norteamericanos, realizado como consecuencia de la aceptable acogida que ya habían tenido algunas películas del Oeste filmadas en España pero con unos medios que se antojan bastante inferiores a las de éstas, con lo que el resultado es menor.


Además del problema de la falta de medios, la película cuenta con un guión que de forma confusa mezcla distintos temas en ningún momento desarrollados: el enfrentamiento entre los partidarios de las cercas y los de los espacios libres, la historia de amor, a lo Romeo y Julieta, entre el protagonista y la cuñada de su mayor enemigo, el racismo latente en las poblaciones del sur de los EEUU, la corrupción existente entre los defensores de la ley al estar al servicio de los poderosos, la confrontación entre poder civil y poder militar y, sobre todo, el drama interior del protagonista y sus ansias de venganza, para decantarse por las típicas escenas de cabalgadas para un lado y para otro que se hacen interminables o las no menos típicas peleas, puestas con calzador, que se alargan en exceso. Además los diálogos son flojísimos y proliferan las secuencias ingenuas o inverosímiles como aquella en la que Blak Jack, el matón de Price, tras matar a Carter lo lleva a su rancho, lo deposita dentro y, no contento con esto, prende fuego a la casa y todo ello sin que nadie lo oiga o lo vea; aquella en la que Billy, perseguido por los hombres de Price y por el ejército, se esconde en una cabaña que es más conocida que el saloon del pueblo y, claro, por allí pasa todo el mundo o la forma tan simple en la se descubre la verdadera identidad del asesino. Y todo ello puesto al servicio de una historia falsa en la que se intentan explicar las razones que llevaron a Billy, que ni tan siquiera cuenta con su apellido original, a convertirse en un forajido; así el capitán del ejército se dirigirá al final de la película al corrupto sheriff y a Price en estos términos: “Billy el Niño, cabalgando hacia un nuevo destino. Pudo ser un hombre de bien pero ustedes le han convertido en un fuera de la ley” (de ahí el nombre de la película).


Por lo que respecta a la dirección de Klimovsky me ha parecido desacertada, atropellada, premiosa y bastante descuidada, además de contener la película graves errores de raccord (en la escena del incendio del rancho primero es noche cerrada, después se ve amanecer para, a continuación, volver a ser de noche). Tan sólo en alguna secuencia aislada, como la acertada del entierro del padre de Billy, se aprecia por parte del director una cierta preocupación por la composición.


Respecto a la banda sonora, su autoría corresponde a Daniel White músico de origen escocés que erróneamente ha sido confundido en alguna ocasión con Jesús Franco. Cuenta con dos temas cantados: el primero y principal que se escucha con los títulos de crédito suena al típico de una big band cantado por un crooner a lo Dean Martin y me pareció totalmente inapropiado; mientras que el segundo encaja mejor con la escena en la que aparece (la mencionada del entierro); además se escuchan dos o tres temas incidentales con clara influencia del jazz que no son apropiados para un western y están dramáticamente muy mal utilizados; así, por ejemplo un tema con base de batería y guitarra jazzísticas se escucha mientras es perseguido Billy.


En cuanto a los actores, se intentó hacer pasar por parte de la productora a los tres protagonistas como norteamericanos, a pesar de que George Martin, en realidad Francisco Martínez Celeiro, era un ex gimnasta español que salvó milagrosamente la vida al no tomar en 1959 el avión en el que perdió la vida el equipo de gimnastas capitaneados por el campeón europeo Joaquín Blume. En esta su segunda incursión en el western mediterráneo interpreta con sus evidentes limitaciones a Billy, al que la película nos lo retrata como un obediente, trabajador y formal muchacho arrastrado a una vida de delincuencia por las circunstancias. Como principal antagonista de Billy está Black Jack un violento, impulsivo y racista pistolero capaz de asesinar a un negro desarmado y de rodillas que, haciendo honor a su nombre, viste siempre de negro y al que da vida de forma poco convincente en su primera incursión en este subgénero Jack Taylor, un actor norteamericano que desarrolló prácticamente la totalidad de su carrera en Europa y se convertiría en un rostro indispensable para el fantaterror realizado en España. Junto a ellos algunos rostros habituales del western mediterráneo que hacen un poco más llevadero el soporífero film: Luis Induni más creíble de lo habitual como Price, Aldo Sambrell abandonando, por una vez, sus típicos papeles de bandido para interpretar en esta película al sheriff, aunque sea un corrupto y Lorenzo Robledo como el ayudante del anterior. También pululan por allí un aceptable Tomás Blanco dando vida al desdichado padre de Billy, una inexpresiva Juny Brunnell como Helen Price y una, para mí, inaguantable Margot Cottens en el papel de mujer de Price.


En resumen, film flojísimo, lento hasta la exasperación, muy aburrido y realizado con una precariedad de recursos alarmante que creo es difícil que satisfaga incluso a los más fanáticos de este subgénero.


PUNTUACIÓN

HISTORIA: 2
AMBIENTACIÓN: 2
DIRECCIÓN: 3
ACTORES: 3
MÚSICA: 2

MEDIA: 2,4

2 comentarios:

INÉS dijo...

jajaja!!!!es increíble el comentario y coincido en un todo con él, me encantan los western pero éste se lleva las palmas por malisimo!!!!!!!
Muchas gracias, nos hemos reído un buen rato con sus palabras y terminamos de verlo para escuchar la música totalmente inadecuada.....por otro lado el doblaje como siempre es FATAL!!!!!

Abel dijo...

Es curioso como los actores estan aun sin colocar en sus roles habituales
Anda que sambrell haciendo de sheriff. Ya le vale