miércoles, 22 de diciembre de 2010

REPÓKER DE BRIBONES



Repóker de bribones (Monta in sella, figlio di...! )
Italia/España
1972
Director: Tonino Ricci
Reparto: Mark Damon, Rosalba Neri, Alfredo Mayo, Stelvio Rossi, Luis Marin, Giancarlo Badessi, Jose Luis Chinchilla, Adolfo Thous, Francisco Sanz, Bruno Arié
Guión: Jesus R. Folgar, Tonino Ricci, Fabio Tallevi
Fotografía: Cecilio Paniagua
Música: Luis Enríquez Bacalov

Tercer largometraje de Tonino Ricci que supuso su tardía, el film es de 1972, contribución a este subgénero. En la década de los setenta realizaría otros tres spaghettis pero ninguno de ellos demasiado afortunado para, a continuación, bajo el seudónimo de Anthonny Richmond dirigir todo tipo de productos de muy bajo presupuesto, especialmente películas de fantasía, género bastante popular durante los años ochenta y principios de los noventa, como Thor il conquistatore o Rush, ambas de 1983 y con guión de Tito Carpi, prolífico escritor con un buen puñado de spaghettis a sus espaldas.


Para poder liberar a su hermano, Sam, condenado a la horca tras un atraco, Deam contacta con dos pícaros (un francés y su sobrina), antiguos expertos en explosivos, que se dedican ahora, aprovechando la belleza de la mujer, a estafar incautos a través de partidas de póker. Tras la liberación de Dean, este grupo heterogéneo será “contratado” por Felipe, un mejicano ciego, con el objeto de robar el tesoro que un despótico gobernador tiene guardado en su hacienda.


Flojo spaghetti western que parte de un guión un tanto dubitativo coescrito por el propio Ricci, con unos personajes apenas perfilados, situaciones gratuitas y que parece no tener claro el desarrollo de la trama con continuos giros de guión y cambios en el tono del mismo. Así el comienzo, con el asalto al banco por parte de Sam, parece remitir al típico spaghetti, pero pronto se introducen elementos pretendidamente cómicos (la presentación de los dos truhanes que son cazados porque en la mesa en la que juegan hay un sarasa que no se rinde, lógicamente, ante las maniobras de distracción de la sobrina del francés), para a continuación (tras la presentación de Felipe, el mejicano ciego, que es uno de los pocos, para mí, aciertos del film) parecer adoptar un tono más serio e incluso enmarcarse dentro de la corriente del Zapata western (sobre todo con la escena del ahorcamiento de unos campesinos mejicanos ante la mirada indiferente del gobernador), para definitivamente adoptar un tono más liviano y trivial y decantarse por el género de aventuras, volviendo a proliferar las situaciones cómicas con las típicas peleas a mamporros entre los dos hermanos. Y a ello hay que añadir escasas escenas de acción y unos diálogos bastante flojos o incluso fuera de tono (“El juego del póker es como el de las mujeres, lleno de sorpresas”).


Si el guión no es nada del otro mundo, la dirección de Tonino Ricci me ha parecido vulgar, descuidada (en muchos casos la posición de la cámara es bastante incorrecta) y atropellada (a veces las distintas secuencias no casan bien).


En cuanto a la banda sonora compuesta por el habitualmente fiable Luis Enriquez Bacalov, cuenta con un tema principal cómico-festivo que parece anunciarnos junto con las imágenes, bastante cutrecillas, de los títulos de crédito lo que se nos viene encima. Curiosamente a lo largo del film se pueden escuchar otros dos temas que me parecieron muy superiores.


Por lo que respecta a los actores, en general bastante correctos, creo que pueden hacer poco con los personajes que les han tocado en suerte. Al frente del reparto nos encontramos con el norteamericano Mark Damon, un mediocre actor que supo amasar una pequeña fortuna para posteriormente dedicarse a la producción, que encarna a Sam, el líder de la banda. Alfredo Mayo da vida de forma un tanto afectada y estereotipada a André un francés, antiguo artificiero, que se dedica, aprovechando la belleza de su sobrina, a desplumar a los jugadores de póker. La bella Rosalba Neri es Agnes, la sobrina del anterior, que se valdrá de sus encantos para conquistar al gobernador, el cual se nos presenta como un personaje de opereta (la escena en la que está con él en la habitación es de una ridiculez sonrojante). Por último, en el papel más interesante, nos encontramos a Luis Martín como Felipe el mejicano ciego (perdió la vista al estar durante un largo período de tiempo preso en un calabozo que carecía de luz) que porta una guitarra y cuya presentación es bastante original, ya que les explica la misión a los miembros del grupo a través de unas viñetas de la misma forma que los trovadores contaban sus historias a la población analfabeta.


En resumen un discreto spaghetti en el que se desaprovecho, tanto por un errático guión como por una descuidada dirección, una idea interesante pero que, por lo menos, no me resultó aburrido.


PUNTUACIÓN:

HISTORIA: 4.
AMBIENTACIÓN: 4.
DIRECCIÓN: 4.
ACTORES: 5.
MÚSICA: 5.

MEDIA: 4,4.

1 comentario:

AlanBique dijo...

Pues yo llegué a tener un VHS original de esta película y me deshice de ella. Me resultó muy mala y muy aburrida. Ahora mismo apenas tengo recuerdos, pero vamos en la línea de otro espanto del celuloide, Le llamaban la verdad.